Michel Montignac vuelve a romper tabúes y en este libro reivindica el vino, un producto emblemático de las culturas mediterráneas y símbolo del savoir-vivre, como una fuente de salud.
Basándose en diversos estudios científicos llevados a cabo a lo largo de los últimos años y que han redescubierto las virtudes terapéuticas del vino, el autor pone en evidencia que el consumo regular y moderad de vino es un método eficaz de prevención ante las enfermedades cardiovasculares. Además, el vino ejerce un efecto positivo en el funcionamiento del aparato digestivo, disminuye los riesgos de infecciones y se comporta como un agente anti-estrés y ralentizador del envejecimiento.
Un libro en el que tanto el gastrónomo como el aficionado descubrirá las virtudes del buen beber.