El concepto del método Montignac

El método Montignac no es el resultado de una invención de su autor. Resulta de un trabajo de síntesis realizado a partir de estudios ciéntificos publicados desde principios de los años ochenta y también de un importante trabajo experimental realizado por Michel Montignac con la colaboración de numerosos médicos e investigadores. Los fundamentos científicos del método Montignac son innegables. Varias publicaciones han salido en su apoyo o en su defensa; en particular la del profesor Jean Dumesnil en noviembre del 2001 en el British Journal of Nutrition.

Para mayor información sobre los fundamentos científicos del método Montignac

¡No es una dieta!

El método Montignac no es una dieta en el sentido tradicional de la palabra. Una dieta es una manera de alimentarse desde un punto de vista cuantitativo y restrictivo que solo se puede seguir durante un tiempo limitado.

Al contrario, el método Montignac es un modo alimenticio equilibrado y no restrictivo cuantitativamente. Se basa esencialmente en una elección de los alimentos dentro de cada categoría: glúcidos, lípidos y proteínas. Esta elección se hace teniendo en cuenta la especificidad nutricional (es decir las características físico-químicas) de cada alimento y su potencialidad en generar las reacciones metabólicas que inducen al aumento de peso, a padecer diabetes y los factores de riesgo vascular.

La experimentación y los estudios científicos han demostrado que estas patologías podían ser significativamente reducidas en un individuo, al seguir el método Montignac; en la mayor parte de los casos y aun estando instaladas en el indivíduo.

El cambio de las costumbres alimenticias

El método Montignac consiste en cambiar sus costumbres alimenticias según nuestros objetivos:

  • adelgazar si es necesario;
  • prevenir el engordar;
  • prevenir la diabetes de tipo 2;
  • disminuir los factores de riesgo cardiovascular.

Las dos primicias del método Montignac

La primera consiste en desacondicionarse de los mensajes nutricionales errados y abusivamente centrados sobre las calorías que desafortunadamente forman parte de nuestra cultura, sobre todo porque los profesionales de la dietética continúan promulgándolos a pesar de su ineficiencia.

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La segunda primicia se funda sobre la elección de los alimentos según su especificidad nutricional y su potencial metabólico.

  • Los glúcidos se escogen preferiblemente entre los que tienen un IG bajo y muy bajo.
  • Los lípidos se escogen según la naturaleza de sus ácidos grasos :
  • ácidos grasos poliinsaturados omega 3 (grasas de pescado) y los ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva) serán privilegiados;
  • los ácidos grasos saturados (mantequilla, grasa de carne roja) serán evitados.
  • Las proteínas se escogen en función de su origen (vegetal o animal), de su complementariedad y neutralidad con respecto al proceso metabólico del aumento de peso (hiperinsulinismo).

Para mayor información sobre la fisiología de la absorción intestinal

Como aplicar el método Montignac

El método Montignac se divide en dos fases

Fase I: el adelgazamiento

La duración de esta fase depende le la importancia del peso que perder. Además de la buena elección de las grasas y las proteínas, no se debe consumir glúcidos con un Índice Glicémico superior a 50. El objetivo es generar después de cada comida la respuesta insulínica la más baja posible. Esto suprime la posibilidad de almacenamiento del cuerpo (lipogénesis) y activa el proceso de combustión de las grasas de reserva (lipólisis) quemadas por la aumentación del gasto energético (termogénesis).

Fase II: la estabilización y la prevención

La elección de los glúcidos también se hace en función de los Índices Glicémicos pero es más amplia que en la fase I.

Esta elección también puede ser ajustada con los conceptos de Carga Glicémica (síntesis entre el IG y la concentración de glúcido puro en un alimento) y el resultado glicémico de la comida. Esto permite el consumo bajo ciertas condiciones, de todos los glúcidos, incluidos los de IG alto.

Aunque no es un milagro, el método Montignac puede ser considerado como una alternativa a la dietética convencional que ha mostrado su fracaso.

Su legitimidad la obtiene a través de los numerosos estudios científicos publicados desde hace unos veinte años pero también del testimonio de miles de personas quienes lo experimentaron en sí mismas, inclusive doctores prescriptores.

Michel Montignac es el primer autor en el mundo quién propuso a principios de los años noventa la utilización de los Índices Glicémicos en el marco del adelgazamiento y de la reducción de la obesidad. Desde entonces ha sido corroborado por numerosos expertos de la salud. Por eso, el método Montignac se engloba en una corriente internacional de la cual forman parte prestigiosos científicos como la profesora australiana Janette Brand-Miller y grandes epidemiologistas como el profesor norte-americano Walter Willet quienes lo han aprobado. El método Montignac ha comprobado su eficiencia y sus efectos secundarios benéficos como lo han demostrado estudios científicos específicos (investigación del profesor Jean Dumesnil).

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